son realmente divertidos, aunque hay que saber jugarlos... hay que entender que eran juegos comerciales para ser usados en salas recreativas, y los hacían muy difíciles para que la gente gastara más. La opción en su día era viciarte con uno que se te diera bien hasta que te lo pudieras pasar con unas pocas monedas...
qué ocurre?, ahora tienes créditos infinitos y la gente opta por pasárselos con un millón de créditos. Un gran error porque... así pierdes toda la sensación de desafío y por lo tanto casi toda la diversión...
Si no os animáis a jugar a la antigua (es decir, cien pesetillas y a volver a empezar el juego cuando se te acaben), propongo un plan interesante:
- guardar partidas al comienzo de nivel y ponerse un límite de créditos para cada nivel. Cuando mueres, cargas partida desde el último nivel...
- Si es un juego de pocos niveles, poner un límite máximo de créditos según el número del nivel (nivel 1= tienes 1 crédito, nivel 2= tienes 2 créditos, nivel 3= tienes 3 créditos)
- Si es un juego de muchos niveles divididos en mundos, hacer lo mismo pero con los mundos (mundo 1= tienes 1 crédito, mundo 2= tienes 2 créditos, mundo 3= tienes 3 créditos)
parece una chaladura pero mejorará vuestra calidad de juego