Restauración (1)
Por fin llegamos a lo interesante. Habíamos comentado que el principal problema que teníamos era el relativo a la repetición en la pulsación, sobre todo en las teclas extremas. Este problema puede tener muchas causas y para encontrarlas y solucionarlas no nos queda más remedio que empezar a trabajar en la máquina.
Pues aquí la tenemos. La desanclamos y la ponemos encima de una mesa. En esta foto vemos la cara más inusual, ya que es la parte delantera, la que va contra el arpa.
En una primera visual podemos ver que, a pesar de ser de madera, ha soportado muy bien el paso de los años. Siempre asociamos la madera a algo poco duradero y, en general, tendemos a preferir los metales por este motivo. Sin embargo, es sorprendente ver hasta qué punto llegó el hombre a dominar el uso de la madera; tanto es así, que mediante la selección, el tratamiento y la mecanización del material, se llegan a construir objetos tan duraderos o más que si se hubiesen hecho a base de materiales metálicos. Evidentemente, la madera tiene sus inconvenientes, pero el metal también los tiene y tanto es así, que de hecho, están en peores condiciones las piezas metálicas.
Como aparentemente todo está en buen estado, empezamos a accionar tecla por tecla y empiezan a aparecer las causas:
* hay algún tornillo de anclaje de está flojo y los mecanimos no realizan el juego correcto
* hay falta de lubricación en los ejes de los macillos y corrosión en las pequeñas pletinas metálicas que realizan el juego
* los fieltros de algunos apagadores están expandidos a lo ancho por llevar tanto tiempo descansando sobre las cuerdas y estar sometidos a variaciones de temperatura y humedad, y rozan unos con otros
Hay cosas que todavía no podemos ver, como es el estado interior de las básculas y para ello, desmontamos una y así podremos evaluarlo.
Estos mecanismos son pequeñas piezas de artesanía, a base de madera, fieltros y alguna pieza metálica (muelle y ejes). De su inspección cuidadosa deducimos que están todas las piezas en aparente buen estado y que no las vamos a desmontar una a una. En cualquier caso, si al final apareciese algún problema en alguna tecla concreta demontaríamos esa, pero no vamos a hacer un desmontaje sistemático. Lo que si haremos será desanclarlas para pulir las cabezas de los tornillos de anclaje, pulir las pletinas que fijan los ejes de los macillos y lubricarlos.
Vamos haciendo esta operación báscula por báscula y la cosa va tomando otro color.
Este trabajo me va a llevar unos días, ya que al mismo estoy haciendo una lista de la compra y todavía no tengo el lubricante. En cuanto complete esta fase pasaremos a reemplazar los fieltros de los apagadores.
La mùsica es como la magia: lo importante no es lo que tu tocas, sino lo que la gente oye.
"No se esfuerze hombre, si total la gente no lo va a notar". A.Rubinstein a su afinador