Bueno, hacía tiempo que no actualizaba mi tema, y la compi aconcagua me animó a hacerlo en un hilo hace unas semanas. La cuestión era intentar comentar el progreso que había tenido desde el último post que hice al respecto, no he sabido enlazar a él pero está en la página 6 de este mismo tema, por si a caso alguien quiere visitarlo antes.
Iba a hacer un recopilatorio de las piezas que he estudiado desde aquella ya lejana Melodie de Schumann. He cogido mi libreta de clases, y he sentido vértigo al ver que en el año y medio que ha pasado desde aquel post, la cifra asciende a unas 3 piezas cada mes/mes y medio, hay algunas que ni si quiera recodaba! Así que haré comentario general con las más importantes pero no las comentaré todas porque se haría muy pesado.
- La primera tras Melodie fue la sonatina 1 del op 36 de Clementi, de la cual me hice los 3 movimientos en orden 1o, 3o y 2o. Esta supuso para mí un cambio sustancial en técnica, todos sabemos las "dificultades" de la pieza y estudiarla y superarla me hizo ser más consciente de todo lo mucho que aún me quedaba por aprender. Uno no espera que haya tantas cosas que controlar a la vez pero sí, las hay. Simultáneamente hice algun Czerny del 599 y del 636 para empezar a trabajar velocidad, y algún arreglo facilito de Martha Mier y de alguna banda sonora, recuerdo en especial Piratas del caribe y la Vida es Bella.
- Little Study de Schumann la estudié para aprender a meter pedal. Esta no la completé entera porque el objetivo era aprender el uso del pedal y la verdad es que la pieza aunque es bonita se hace muy repetitiva en su estudio y la acabé aborreciendo.
- Completé varios estudios más de Burgmuller (en total he hecho, 1, 2, 4, 5, y 20) y en concreto con el numero 20 lo pasé en grande. Es muy divertida esa Tarantella.
- La siguiente pieza "grande" fue el primer movimiento de la K545 de Mozart. En su estudio tropecé con varias dificultades: el cambio de "tempo" que supone pasar de los alberti iniciales a las escalas, es decir, no emocionarse con las semicorcheas y echar a correr; los fragmentos de arpegios al estilo del Schumann comentado anteriormente; y algún trino que se me atragantó. En su favor diré que ha sido la primera pieza de piano en la que tuve un momento "clic" practicándola. Un día estaba tocándola y de pronto pensé "aha! qué listo Mozart, sé lo que me estás diciendo", de alguna manera comprendía una "canción" instrumental.
- Finalmente, el preludio BWV935 de Bach con el que "sigo actualmente". Llevo ya bastante con este preludio, dos meses aprox (igual más, ya no recuerdo), pero la razón es me he mudado de ciudad y he dejado las clases con la profe que tenía hasta ahora.
Peeeero ya tengo profe nueva. Tras probar con un profe con el que no hubo mucho feeling, di con una chica que tiene el profesional de piano, es profe de conservatorio y además hace bolos con un grupo de jazz. Lo importante es que, tras la primera toma de contacto y ponerme como tarea recuperar todos los estudios Burgmuller que pudiera para la siguiente clase (15 días con la semana santa y la mudanza de por medio...), dio completamente en el clavo con mi "situación actual" respecto al piano. Me explico.
Llegué este martes pasado a clase con lo que había podido recuperar y tras escucharme me dijo:
"tienes buena capacidad de recuperación, tienes también buen nivel técnico para el tiempo que llevas tocando pero estás completamente pez en armonía, ¿verdad? porque has tocado bien pero como quien lee un texto sin comprender su significado". Y eso es... 100% verdad. Tengo conocimientos de teoria, de formación de acordes, escalas, y todas esas cuestiones pero jamás los he aplicado a la práctica, no he hecho nunca un análisis armónico, no me he parado a pensar cómo afecta la armonía en la interpretación, ni tantas otras cosas que seguro se me escapan...
Por ese motivo la clase del martes fue toda una masterclass de armonía e interpretación con La Candeur y Arabesque, y doy fe que salí de allí tocando de una forma completamente diferente las dos piezas. Para la próxima clase tengo que llevar el análisis armónico de Innocence, aprenderme los acordes tríadas y tétradas que pueda de las escalas de C y F, memorizarme un par de progresiones, y como trabajo adicional empezaremos el Claro de Luna de Beethoven, con el objetivo principal de sacarle la chicha armónica. Me dijo que quiere que "la armonía me corra por las venas" literalmente y que conforme avance, empezará a meterme tareas de improvisación.
En conclusión. No hay mal que por bien no venga. Si hubiera seguido en mi ciudad estaría con la profe de siempre y más contento que unas castañuelas porque nunca he renegado ni renegaré de ella, de hecho, sólo le tengo buenas palabras porque sin ella no estaría donde estoy, y ambos nos quedamos con el saborcillo amargo de la despedida. Pero, a la vez, soy consciente de que el cambio de ciudad y profe, ha traído aire fresco a un lugar que estaba ya algo "viciado". Con la profe nueva, es como si de pronto tuviera cosas nuevas que aprender más allá de hacer otra pieza más y marcar el "check" de completada. Vuelvo a tener ganas de coger mil piezas y trabajar con ellas. Y estoy emocionado también con empezar a meter cosas de improvisación.
En fin, así están las cosas, y así se las hemos contado.