baldwin escribió: ↑Sab Oct 31, 2020 5:24 pm
En los instrumentos transpositores (clarinete, saxofón, trompa, trompeta...), por razones inherentes a su construcción (y que no puedo explicar porque no soy especialista), cuando tocas un do suena un si bemol (clarinetes y trompetas en sí bemol), un la (clarinetes en la), un mi bemol (saxofones) un fa (las trompas).
Si el instrumento está afinado en sib > se toca un do (leído) > suena un sib.
Si está afinado en mib >se toca un do (leído) > suena un mib.
Si está afinado en fa > se toca un do (leído) > suena un fa.
Etc.
Por eso, si uno ve una partitura orquestal verá que hay diferentes claves en los pentagramas. Eso no quiere decir que toquen en tonalidades diferentes ni eso sino que son instrumentos transpositores.
Por ejemplo, en la familia de los saxofones, el que los creó tenía pensado crear una familia entera afinada en do y fa (para la orquesta sinfónica) y otra en sib y mib para las bandas militares y civiles. Pero como el instrumento no acabó de entrar en la plantilla fija orquestal, la de do es una rareza (algún instrumento antiguo hay). Ahora queda sólo el sopranino en Mib, el soprano en Sib, el contralto en Mib, el tenor en Sib, el barítono en Mib y el contrabajo en Sib. La de sib-mib estaba destinada a las bandas militares en un principio. Por razones históricas, en las bandas de viento los instrumentos transpositores predominaban los afinados en Sib y Mib. Por así decirlo, suenan mejor que si estuvieran afinados en do (por razones de física acústica).
La trompa, por ejemplo, es en realidad un instrumento doble (o triple). Con afinación en Fa y en Sib (y en Mib las trompas triples).
En la familia de los clarinetes predominan los afinados en Sib y Mib. Aunque también los hay en Fa y otras tonalidades.
El oboe, aunque no es transpositor, tiene como pariente cercano el corno inglés (afinado más grave, y transpositor). Y el oboe de amor (también transpositor). Incluso el heckelphone (como una especie de oboe barítono). Esto es una ventaja porque así el oboísta no tiene que aprenderse dos, tres o más digitaciones diferentes (una para el instrumento en do y el otro para el otro instrumento, el transpositor). Con una misma digitación puede tocar los instrumentos de la familia (como en el caso de los saxofones). Pero el instrumentista ya es consciente de que lo que lee y lo que suena no se corresponden. Para eso el compositor ya lo tiene en cuenta y luego lo transporta a la tonalidad del instrumento.
Si miráis una partitura para trompeta en sib y piano, por ejemplo, veréis que la parte de piano está en una tonalidad y la de la trompeta en otra (por ejemplo, si la pieza es en Sib mayor, la trompeta no tendrá ninguna alteración en la armadura y, en cambio, la de piano estará en la tonalidad de Sib mayor). Pero tocan en la misma tonalidad, realmente.
Eso se estudia en Instrumentación y Orquestación, que es una asignatura de la carrera de Composición. Ahora, con la informática, naturalmente, es mucho más fácil la parte de edición de partitura. Antiguamente había unos individuos curiosos, los copistas, que se encargaban de esa parte más farragosa de la escritura musical.
Piano, pìano, si va lontano...