Fisher-Dieskau cantaba con naaturalidad, con suave impostación. Su voz no tenía esquinas, no era forzada, fluía agradablemente. Cantaba tan bien como una contralto, pero con buena voz de hombre. Leí que le dolía que los cantantes de hoy no escuchan a los cantantes de ayer. Ya se ve. Hoy día, ellas sobre todo, y muchos de ellos emiten la voz sacada de no sé donde. Son veces poderosas, no exentas, algunas, de belleza, pero falsas. Auguran poca vida. Esas voces son agresivas, como películas de policías de Nueva York. no saben jugar con las notas, las dan como si fuesen instrumentos electrónicos: perfectos pero sin alma. ¡Y vamos por ese camino! ¿A donde irá a parar la ópera? El canto es arte, belleza. Y de esto parece que muchos cantantes actuales no tienen ni idea. Y casi lo peor: Un gran entendido en canto, que habla por Radio Clásica, me ha dicho que esta moda está impuesta por los directores de escena. ¡Jódete!
Un gran perdida, me sigue sorprendiendo la cantidad de grandes figuras de la musica que se estan marchando en este 2012. Muchas gracias por este sencillo homenaje y por sus grabaciones.